Haz silencio, conversa con alguien capaz de aconsejar y dedicar especial tiempo a la oración, pues, en estos momentos ella es fundamental.
¿Quieres una opción aún más difícil?
Escoge el tiempo!
Sí, él es el mejor amigo de Dios.
Y si encuentras otro camino, oriéntame.
No siempre sé si estoy en lo correcto!
Con cariño y atención,
tu hermano,
Ricardo Sá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario