Quien tiene juicio nunca dice todo lo que piensa, por el contrario piensa mucho antes de hablar lo necesario.
La sinceridad de una persona no se mide por la capacidad de decir lo que se tiene en la cabeza, eso se llama insensatez.
La sinceridad es hija de la prudencia.
La sinceridad es ser capaz de pensar diferente, tener respuestas diferentes para una misma situación y al mismo tiempo discernimiento para saber lo que conviene, a la hora que conviene, y más aún, saber si conviene que esto o aquello sea dicho.
El hombre sensato procura tener el control de sus propias emociones para no hacer nada movido sólo por impulsos. Muchas cosas en la vida se pierden por palabras mal dichas. palabras dichas en la hora errada y de manera errada.
Lo que sale de nuestra boca se vuelve muchas veces un camino sin retorno. Palabras mal dichas, se vuelven otras tantas veces irreparables. Es mejor reparar lo que está ocurriendo dentro de nuestro corazón, que intentar reparar lo que ya salió por la boca.
p. Roger Araujo
fuente: fanpage p. Roger
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