Ser un combatiente es ser un intercesor, como Abraham que rezó por Sodoma y Gomorra. ¿Recuerdas que Jesús también lloró por la ciudad de Jerusalem? ¡El se compadeció!
La oración de intercesión no debe partir apenas por un interés personal, sino también por aquellos a quienes nos son confiados. El Papa Francisco en la ciudad de Lampedusa (Italia), habló exactamente sobre eso: el intercesor debe tener compasión en el corazón. ¿has llorado por la situación de Egipto? Llorar no es sentimentalismo, sino una actitud del intercesor.
Infelizmente tenemos apenas una vida intimista para con Dios, mirando muchas veces apenas para nosotros mismos; el intercesor debe colocarse en una posición a favor del otro.
Rece por los problemas de sus hermanos, de sus vecinos, de su ciudad, y hasta de su país, haciendo eso será llevado a salir de la "globalización de la indiferencia", donde verá que existen muchas personas sufriendo más que uno"
prédica p. Roger Luis
Campamento "Combate de la oración"
extracto adaptado del original en português
Fuente: www.cancaonova.com
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