Padre Fábio de Melo
Foto: Maria Andrea/CN
Felices los afligidos, porque serán consolados.Felices los desposeídos, porque heredarán la tierra.Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.Felices los misericordiosos, porque serán tratados con misericordia.Felices los limpios de corazón, porque verán a Dios.Felices los que trabajan por la paz, porque se llamarán hijos de Dios.Felices los perseguidos por causa del bien, porque el reino de los cielos les pertenece.
Felices ustedes cuando los injurien y los persigan y los calumnien [falsamente] de todo por mi causa. Alégrense y pónganse contentos porque el premio que les espera en el cielo es abundante. De ese mismo modo persiguieron a los profetas anteriores a ustedes". Mateo 5,3-12
La vida nos enseña que no existe receta mágica para la felicidad. En el mundo y en el contexto que vivimos lo primero que precisamos es ser curados del concepto de felicidad. Conversión y cambio de pensamiento.
Felicidad para muchas personas es ser ricos, tener un yate, ir a fiestas importantes; hay gente que dice: "si tuviera un pelo más liso sería más feliz"... Algunas veces pedimos a Dios el don de ser felices en realidades paganas, y por eso muchas veces nos sentimos infelices.
Cuando oyes a Jesús decir: "Felices son los humildes, porque ellos heredarán la tierra" es una invitación a descender de la arrogancia. Si alimentas la arrogancia no podrás experimentar la felicidad cristiana. Necesitamos aprender urgentemente a no ser arrogantes, porque la arrogancia es un dedo del diablo en nuestra vida.
El cristianismo es la puerta para superar tus límites, pero antes es preciso reconocer las flaquezas y fragilidades. Es un camino constante, que no nos permite decir que estamos listos, que somos los mejores, la humildad es el primer paso para ser felices.
La felicidad que un mirar arrogante puede darnos es una felicidad temporal, es como los grandes imperios que crecen y crecen y después caen porque no tienen más para donde crecer. La Palabra de Dios nos enseña que lo que te alimenta es mucho más que un maquillaje en el rostro, una reunión de amigos.
"Si mil veces tendría que ser cristiano, mil veces lo escogería"
Foto: Maria Andrea/cancaonova.com
No existe nada mejor que mirar a las personas que pasaron por nuestra historia y percibir que las personas se volvieron mejores. Nuestra humildad atraerá a las personas hacia Dios.
Muchas veces ocurre que queremos la felicidad pero no queremos esforzarnos.
Me preocupa esta generación que está siendo educada a partir de las píldoras, que no puede tener incomodidades. Una generación que no puede tener momentos tristes. No tengan miedo de las tristezas que hacen parte del proceso humano, antes de procurarlas mírate. Llora e interpreta las lágrimas que están cayendo, porque ellas son camino para tu crecimiento.
Si mil veces tuviese que ser cristiano, mil veces lo escogería. Dios nos ama y Él no realiza nuestros pedidos porque sí, sino que Él actúa según nuestras reales necesidades.
En Pentecostés del año pasado viví un gran encuentro con Dios. Le escuché decir: "Fábio voy a decirte no, porque cuando digo no, estoy diciendo sí, estoy protegiéndote". Y así vivo en éste camino de la fe, creyendo que cuando oigo no es un sí.
El Evangelio es simple, es no matar, es no criticar, es cuidar de uno mismo. Si quieres ser feliz prepárate para la "dureza" de las bienaventuranzas. ¡Conviértete!
No estás obligado a ser cristiano, no estás obligado a ser justo, humilde, manso. pero si quieres permanecer y vivir como cristiano las bienaventuranzas son el código de la felicidad.
"Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia"
Bienaventurados los que son misericordiosos, los corazones que tienen espacios para acoger otros corazones bienaventurados, los puros de corazón, porque ellos verán a Dios; Dios nos ama, y la vida cristiana es una respuesta al amor de Dios. Investiga bien tu corazón y cuál es el concepto que tienes de felicidad. ¿Qué es lo que realmente te hace feliz?
El cristianismo bien vivido cuando no enseña a donar la vida a quien amamos, es la mejor religión, lo digo porque lo viví, lo experimenté. Si mil veces tuviese que ser cristiano, mil veces lo escogería. Bienaventurados son aquellos que tienen alguien para tomar de la mano y decir: Dios te ama y Él puede reconstruir tu vida.
Transcripción de prédica del p. Fabio de Melo
sobre una adaptación de Elka Torres.
Original en português
fuente: www.cancaonova.com
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