Dios te eligió para ser sal en “tu lugar”
A cada uno de nosotros el Señor hace ésta propuesta: “Escoge hoy a quién quieres servir”, y espera una respuesta. El mismo quiere conducirnos a una decisión consciente: que no sea una cuestión de emoción, de sentimiento. Guiados por el Espíritu Santo, necesitamos tomar una decisión real, objetiva, concreta y que conduzca a la vida.
“Yo y mi casa serviremos al Señor”.
En el momento en que asumimos ésta responsabilidad, todo comienza a cambiar.
Si en tu casa eres el único que realmente sirve al Señor, debes saber que Dios te escogió para ser sal en ése lugar. En el Evangelio de Mateo percibimos cuál es la misión de la sal:
“Eres sal de la tierra. Si la sal pierde su sabor, ¿cómo volverá a ser sal? No sirve más para nada; es tirada afuera y pisada por los hombres”
No eres tú quien escogió ser sal, fue el Señor quien te constituyó así, para transformar todas las cosas en tu casa, seas papá o mamá, o incluso un hijo joven, adolescente. La sal no sólo preserva de la corrupción, sino libera por la acción del Espíritu. El Espíritu Santo que está en nosotros nos dio la capacidad de terminar con toda la corrupción y retirar el pecado de nuestra casa. No tengas recelo y cree en esto:
“Con Dios alcanzaremos la victoria y él aplastará a nuestros enemigos”.
Salmo 108,14
¡Dios te bendiga!
Mons. Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canção Nova
Fuente: Mensaje del día www.cancaonova.com
Adaptación y traducción del original en portugués
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