Algunas veces creemos que las personas necesitan dejar de hacer cosas para aproximarse más a Dios, pero lo que ocurre es lo contrario: Primero es necesario encontrase con Dios, para entonces, abandonar el pecado. Fue lo que le sucedió a San Pablo. El tenía odio a los cristianos, por eso los combatía, los apresaba y los entregaba para que fuesen juzgados y condenados. Entonces Jesús se le apareció en el camino de Damasco y, después de eso, el odio desapareció y aquel que perseguía a los cristianos se volvió el gran predicador de Jesús, del cristianismo, fue a las sinagogas a desafiar a los doctores de la ley predicando sobre Jesucristo.
Seas quien seas, sea cual sea tu problema, si Jesús entra en tu vida ella será totalmente transformada. Tal vez no aguantes más las vida que estás llevando; tal vez estés en el camino equivocado, tal vez quieras cambiar pero no lo consigues. Deja a Jesús entrar en tu vida, en tu corazón, así como hizo Pablo. Tal vez digas: "Yo no soy digno de esto, ya fui lejos por demás". ¡No! Seas quien sea en este momento, no te olvides de las palabras de Jesús:
"Id por todo el mundo y anuncia el Evangelio a toda criatura" - Mc 16,15
Él te está llamando de vuelta. No te menosprecies, porque para Jesús no hay casos sin solución. Por eso entrega hoy tu vida a Jesús.
Tu hermano,
Mons. Jonas Abib
Fundador Comunidad Canción Nueva.
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