Los latinos somos muy emotivos y nos dejamos envolver demasiado por las emociones, por eso las preocupaciones nos acorralan.
Preocuparse es "pre-ocupar-se" de algo, sufrir antes de tiempo.
Lo malo de la "pre-ocupación" es que nos hace ir perdiendo fuerzas.
Podemos comparar esa situación con una manguera que usamos para lavar el patio. Cuando esta agujereada pierde presión, eso sucede porque el agua se pierde en medio del camino.
Dios no quiere que tu corazón adolezca, El quiere ver tu corazón saludable.
Es necesario concentrar y guardad nuestras fuerzas para la hora en que precisamos usarlas, como la cobra que se concentra y, en la hora cierta, da el zarpazo. Es claro que no quieres ser una serpiente, pero necesitas actuar como ella, usar tus fuerzas en el momento oportuno.
Tu hermano,
Mons. Jonas Abib
Fundador Comunidad Canção Nova
adaptación del original en português.
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