¡Buen día, Espíritu Santo,
Huésped sereno del alma!
Tú que has velado el descanso,
Tú que has sostenido nuestro ser,
Ven y anima nuestro día.
¡Despierta la confianza dormida,
las capacidades escondidas!
Derrama ésa lluvia de gracia
que sólo tiene una Fuente, Tu Amor;
Y, fortalece nuestro andar.
Que la gracia santificante trabaje y modele nuestras
vidas
Y nosotros, amasados a Tu imagen,
Colaboremos Contigo.
¡Derrámate y manifiéstate!
Amén.
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