Ternura y Amor de Dios que conservas, sustentas y devuelves a la Vida!
Bendito seas en mis “despertares”, ¡Bendito seas hoy siempre!
Tú eres quien abres en la mañana nuestro entendimiento,
Tú quien da movilidad a nuestros letargos,
Tú eres Aquel quien da firmeza a nuestros pasos,
Tú quien aquietas toda tempestad y tormento;
Bendito Tú, Santo entre los santos!
A tu Nombre vuelva el vigor perdido,
La esperanza quebrantada,
La caridad adormecida.
En estos tiempos de consuelo que el Padre nos regala,
¡Ven, llénanos de Ti
y desde Ti renueva la faz de todo lo creado,
en lo pequeño de mi tierra,
allí donde Tu gracia quiere crecer,
Lluvia de misericordia haz hoy caer.
Amén.
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