TODO CAMBIA CUANDO TOMAMOS LA DECISIÓN CORRECTA
( Don de lágrimas - parte XXVII)
( Don de lágrimas - parte XXVII)
¿Cómo hará Jesús para hacernos entender que es preciso hacer una elección y tomar una decisión? Todos nuestros clamores y lágrimas deben estar vueltos a la voluntad de Dios que quiere nuestra salvación (cfr. Heb 5,7) Jesús podría atender ràpidamente nuestros pedidos y realizar todos nuestros deseos. El no tendría dificultad ninguna en hacer eso. Con todo, eso no sería un bien, sino un mal. Sería como un padre que se preocupa sólo en agradar al hijo, pero es incapaz de decirle un “no” y educarlo para la vida.
¿Qué es más fácil para Jesús, decir: “Lázaro ven a afuera” o “Hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso”? Sin dudas alguna es mucho más fácil, para Dios, hacer a un muerto volver a vivir que introducir a alguien en el Paraíso. Devolver la vida a un cadáver dependería solamente de él y de nadie más. Pero, para salvar a una persona, Dios depende de la voluntad de ésa persona. Ella necesita querer.
Necesita hacer una elección y tomar una decisión.
Es el Espíritu Santo que nos instruye ahora por la Palabra de Dios, y nos orienta para hacer la elección correcta –aquella que nos hará felices. Dios “puso delante de ti el agua y el fuego, extiende la mano para aquello que deseas. La vida y la muerte, el bien y el mal están delante del hombre; lo que él escoja, eso le será dado” (cfr. Ecl 15,14-18.)
¿Qué es más fácil para Jesús, decir: “Lázaro ven a afuera” o “Hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso”? Sin dudas alguna es mucho más fácil, para Dios, hacer a un muerto volver a vivir que introducir a alguien en el Paraíso. Devolver la vida a un cadáver dependería solamente de él y de nadie más. Pero, para salvar a una persona, Dios depende de la voluntad de ésa persona. Ella necesita querer.
Necesita hacer una elección y tomar una decisión.
Es el Espíritu Santo que nos instruye ahora por la Palabra de Dios, y nos orienta para hacer la elección correcta –aquella que nos hará felices. Dios “puso delante de ti el agua y el fuego, extiende la mano para aquello que deseas. La vida y la muerte, el bien y el mal están delante del hombre; lo que él escoja, eso le será dado” (cfr. Ecl 15,14-18.)
Estamos delante de dos reinos: el reino de la muerte donde actúa satanás, aquel que Jesús llamó homicida y mentiroso; y el Reino de Dios, donde opera la Vida Eterna que es el propio Cristo Señor. Orígenes, que se encuentra entre los Padres de la Iglesia, decía que, sea antes de recibir la gracia del Espíritu Santo, sea después de haberla recibido, será siempre a fuerza de luchas y sacrificios, de sudor y de violencia, de privaciones y tribulaciones que la gente podrá vencer y sobrepasar las tinieblas del alma y contemplar la luz del Espíritu Santo. Porque el Reino de los cielos sufre violencia y son los violentos que lo conquistan pues es a través de muchas tribulaciones que debemos entrar en el Reino de los Cielos (cfr. Hech 14,22).
Orígenes va todavía más lejos afirmando que el Reino de los cielos está dentro de nosotros. Y afirma: “Por lo tanto, que no nos vengan a decir, aquellos que continuamente no toman en serio violencia, privaciones, rechazo y aflicción: “Nosotros tenemos el Espíritu Santo dentro de nosotros”, pues sin obras, sin los sudores y los sacrificios de la virtud, nadie obtiene recompensa” Dios mismo nos muestra a través del Evangelio, de las cartas de San pablo, y por medio de la vida de muchos hombres y mujeres que fueron fieles a Dios, que la gracia es dada a los que obedecen a Dios, y aceptan libremente participar con sus sufrimientos de la cruz y de los sufrimientos de Jesús. Nosotros estamos aquí porque escogimos estar con Dios. Nosotros queremos obedecer la palabra de Jesús: “Busca en primer lugar el Reino de Dios y su justicia y todas estas cosas serán dadas por añadidura” (Mc 6,33)
Márcio Mendes
Libro "O dom das lágrimas"
Editorial Canção Nova - Adaptación del original en português.
Libro "O dom das lágrimas"
Editorial Canção Nova - Adaptación del original en português.
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