No seas precipitado para tomar cualquier decisión.Ese tipo de decisiones casi siempre trae consecuencias desastrosas. Si estás en extrema aflicción, impaciencia y angustia. entonces respira hondo, reza y desahogate con alguien de mucha confianza, llora y grita si fuese preciso.Retoma la calma y continúa caminando.Pero, nunca decidas nada si no estás envuelto por la luz de la serenidad.Por otro lado, no seas tampoco descuidado al punto de dejar simplemente la vida correr, puede ser que la vida corra demás y no consigas alcanzarla.Las personas muy indecisas, atrasan sus vida y la vida de los otros también.Y lo más complicado es que mucha indecisión acaba en desilusión o precipitación.De cualquier manera necesitamos saber responder cada día qué queremos de la vida.Sin claridad y objetividad en nuestros propósitos y metas, estaremos siempre propensos a decisiones equivocadas. Es difícil que alguien no erre, ahora cuando el error puede ser evitado es sabiduría.
P. Roger Araujo
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