«No se puede hacer esperar a una persona que tiene hambre: es necesario darle de comer. Jesús nos dice esto. Las obras de misericordia obligan a remangarse las mangas para aliviar el sufrimiento… A nosotros, por lo tanto, se nos pide permanecer vigilantes como centinelas, para que no suceda que, frente a las pobrezas producidas por la cultura del bienestar, la mirada de los cristianos se debilite y sea incapaz de mirar lo esencial»
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