Como diácono, a Lorenzo le encargaron los pobres de Roma. Cuando se vio obligado a entregar los bienes de la Iglesia a los perseguidores, los distribuyó entre los pobres. Cuando le preguntaron dónde estaban los tesoros de la Iglesia, él les mostró a los pobres... Murió como mártir, asado vivo a la parrilla. Roma lo venera como uno de los más grandes santos. Es co-patrón de Roma juntamente con Pedro y Pablo. Ojalá aprendamos de él su servicio leal.
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