En la mañana del domingo 8 de enero, fiesta del Bautismo del Señor con la cual concluye el tiempo litúrgico de la Navidad, el Papa Francisco presidió por cuarta vez en su Pontificado, la Santa misa en la Capilla Sixtina en la cual administró el Sacramento del Bautismo a 13 niñas y 15 niños.
En una ceremonia litúrgica ambientada por cánticos y tras la presentación de los aspirantes a recibir el sacramento del bautismo, en el momento de la homilía, el Santo Padre se dirigió especialmente a los padres, padrinos y familiares allí presentes.
Queridos padres, ustedes han pedido para sus hijos la fe, que les será dada en el bautismo. La fe, esto significa vida de fe porque la fe debe ser vivida, y caminar por el camino de la fe y dar testimonio de la fe. La fe no es recitar el credo los domingos cuando vamos a la misa, la fe no es solamente esto. La fe es creer en la verdad de Dios Padre que ha enviado a su Hijo y el Hijo nos da el espíritu que nos vivifica. La fe es confiar en Dios y eso es lo que ustedes tienen que enseñar a sus hijos con el ejemplo y con la vida.
La fe es luz. En esta ceremonia les será dada una vela encendida como en los primeros días de la Iglesia, y por eso en aquel tiempo el bautismo se llamaba la iluminación porque la fe ilumina el corazón, “hacer ver las cosas con otra luz” . Ustedes han pedido la fe, la iglesia da la fe con el bautismo a sus hijos, y ustedes tienen el compromiso de hacerla crecer, custodiarla y que se convierta en testimonio para todos los otros. Éste es el sentido de esta celebración, solamente esto quería decirles: custodiar la fe, hacerla crecer, de modo que sea testimonio para los otros.
Después... ha comenzado el concierto, (ndr.- haciendo alusión a los llantos de algunos de los bebés durante la ceremonia) porque los niños se encuentran en un lugar que no conocen, los han levantado antes de lo común, empieza uno… da la nota, y los otros imitan… sencillamente porque ha llorado el otro. Jesús también hizo lo mismo, a mí me gusta pensar que la primera predicación de Jesús en el pesebre ha sido un llanto. Después como la ceremonia es muy larga, algunos lloran de hambre. Si es así, ustedes madres, sin vergüenza denles de mamar, como la Virgen daba de mamar a Jesús. No se olviden: ustedes han pedido la fe, ustedes tienen el compromiso de hacer crecer esta fe de modo que se convierta en testimonio para todos nosotros, también para nosotros, obispos, sacerdotes...todos. Gracias.
Francisco
Homilía Eucaristía del Bautismo del Señor
Año 2017
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