Quien no hace el mínimo esfuerzo por conocer tu corazón y las luchas que él enfrenta, no puede tener el derecho de ejercer influencia sobre lo que piensas y sientes. Escucha a quien te ama y a quien realiza algún esfuerzo para realmente comprenderte, así podrás corregir muchas realidades, conquistando un forma más madura y feliz de vivir.
p. Adriano Zandoná
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