En la medida en que mortificamos nuestro egoísmo, es decir en que dejamos que muera cuanto se opone al Evangelio y al amor de Jesús, se crea dentro de nosotros un mayor espacio para la potencia de su Espíritu. Los cristianos son hombres y mujeres que se dejan ensanchar el alma con la fuerza del Espíritu Santo, después de haber recibido el Cuerpo y la Sangre de Cristo. ¡Dejad que se os ensanche el alma” ¡No esas almas, así de estrechas y cerradas, pequeñas, egoístas ¡no! Almas anchas, almas grandes, con grandes horizontes….Dejaos ensanchar el alma con la fuerza del Espíritu, después de haber recibido el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Francisco
Audiencia General 04.05.2018
Foto: Canción Nueva
No hay comentarios:
Publicar un comentario