De una manera o de otra, cada uno de nosotros es un pastor. Los padres son pastores para los hijos; un profesor lo es para sus alumnos; un sacerdote para sus feligreses. Un amigo puede ser, con frecuencia, un pastor para su amigo, pues ambos se ayudan mutuamente. A todos se nos llama a ser pastores, pues todos somos responsables unos de otros.(...) Es importante para nosotros ahondar en lo que significa "ser pastor"; entender el compromiso que implica serlo; descubrir la responsabilidad que tenemos cada uno de nosotros, cualesquiera que fueren nuestra edad o nuestra función. A todos se nos llama a la felicidad y al compromiso, aunque sólo sea un compromiso entre amigos. El amigo nota si su amigo se ha comprometido.Es importante considerar de qué manera es Jesús pastor, para descubrir cómo debemos serlo nosotros. Una de las causas de que reine tanta confusión en el mundo es precisamente la excesiva falta de buenos pastores, profundamente comprometidos con las personas.Jean Vanier, "No temas amar" P 55
jueves, 12 de abril de 2018
PASTORES UNOS DE OTROS
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