El orgullo es el arma más fuerte del maligno, la más importante que utiliza en su lucha contra nosotros. Fue por orgullo que él mismo cayó, y con el orgullo ha hecho caer a los más fuertes de los hombres. Y es que, tal como lo hacen los más temibles guerreros, después de utilizar las flechas más endebles, viendo que su adversario aún opone resistencia, elige la espada más fuerte y la pone enfrente, en este caso, el orgullo, con tal de vencer al individuo.
(Traducido de: Everghetinosul, Volumul III, Editura Cartea Ortodoxă, Editura Egumenița, 2008, p.266)
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