María es la Madre que lleva consigo el dolor de sus hijos. Ella lleva, de manera especial, en su alma femenina, lo que la mujer sufre por ser mujer: rechazo, incomprensión, poco amor, negligencia, maldades humanas. Y todo eso duele profundamente! María fue mal comprendida, fue madre y experimentó el rechazo en el primer momento cuando engendró a Jesús. Pero aun siendo mal entendida, en el momento en que Jesús se encarnó en su vientre, una profunda alegría se apoderó de ella. También vinieron las inquietudes y consecuencias; y desde la huida a Egipto hasta que su hijo fue asesinado de forma cruel y tortuosa en una cruz, podemos contemplar el dolor de esa madre.
Tú, mujer y madre, no te sientas abandonada ni pecadora, no sientas que Dios te ha olvidado. Él acompañó y estuvo presente en todos los dolores de la Virgen María. En todos sus dolores de madre y mujer, la Virgen Madre, la Señora de los Dolores está contigo. Ella sufre con sus hijos, sufre con las dificultades y peleas. Por esto te digo: nunca sufras sola, ten siempre a la Madre que sufre contigo, consolando, confortando y cuidando de todos tus dolores, secando todas tus lágrimas.
Dios te bendiga!
Pe Roger Araujo
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