Lucas 9, 6
Haz una pausa y piensa que estás entre los Doce Apóstoles mientras Jesús les otorga poder y autoridad para anunciar el Reino, expulsar demonios y curar enfermedades. Imagínate que el Señor te mira a los ojos y te dice: “Ve a proclamar el Reino de Dios y sanar a los enfermos. No lleves nada para comer ni para beber, ni ropa ni dinero.” Es posible que ante semejantes palabras, algunos de los presentes estén impacientes por partir de inmediato; pero tal vez otros estén pensando simplemente: Pero ¿cómo puedo hacerlo?
Mira cómo reaccionaron los Doce. Ellos no llevaron provisiones; posiblemente no tenían idea de cómo hacer lo que Jesús les había ordenado, y sin embargo, decidieron dar el primer paso. Lo que hicieron fue compartir su experiencia del amor de Dios, sanar a un enfermo y expulsar demonios. Por su parte, Dios les proveyó todo lo que necesitaban: palabras, sabiduría, poder.
Hermano, hoy Jesús te envía a ti de la misma manera en que envió a sus apóstoles. ¿No te sientes bien preparado? Posiblemente no; pero saberlo es un buen punto de partida. Los discípulos no estaban preparados, pero emprendieron decididamente el camino cuando Jesús les dijo: “¡Vayan!” Así que tú también puedes dar el primer paso y ver que Dios te da exactamente lo que necesitas para llevar a cabo tu misión.
Esto puede suceder de muchas maneras, pero veamos un solo ejemplo: Si escuchas que uno de tus amigos perdió el trabajo, te sientes sorprendido y lamentas el caso, así que decides rezar por él. Ese es el primer paso. Luego, un día te lo encuentras en el supermercado y te acercas a él. Le preguntas por su situación y notas lo desanimado que está. Se te viene un pensamiento: reza con él. Así que le preguntas si quiere rezar contigo. Tu amigo acepta y los dos rezan juntos para que pronto encuentre otro trabajo.
Es posible que en la mañana de ese día no te hayas imaginado que ibas a rezar con tu amigo en el supermercado; pero diste el primer paso y Dios te capacitó para hacer el resto. Así que no te preocupes si tienes o no lo que necesitas, solo decídete a dar el primer paso. El Señor te equipará con lo que te haga falta.
“Amado Jesús, no sé cómo ser tu mensajero, pero confío en que hoy estarás conmigo cuando yo dé el primer paso.”
Proverbios 30, 5-9
Salmo 119(118), 29. 72. 89. 101. 104. 163
fuente: Devocionario Católico La Palabra con nosotros
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