viernes, 20 de diciembre de 2019

NO QUIERAS APRESURAR LAS COSAS


Una vez, cuando era niño, dejamos algunos huevos para que fuesen empollados por una gallina. Mi hermano y yo esperamos con ansiedad que se cumplieran los veintiún días. Cuando esto sucedió, nosotros, muy expectantes, queríamos romper los huevos para que los pollitos salieran. El resultado: Fue una tristeza! ¡Pobres pollitos! ¡Todavía no era hora! Los que salieron por su propios medios estaban perfectos. Nos equivocamos con nuestra prisa. Solo se trataba de esperar un poco, y todo estaría bien. Esto es: "Encomienda tu suerte, confía en Él, y Él hará su obra" (Salmo 37.5). Haz lo que hace la gallina: pacientemente ella queda calentando los huevos con su calor. Ella "no pone mala cara", solo espera. Si tienes que esperar por algún cambio en tu esposo, tu esposa, tu hijo, tu situación económica, tu salud, sólo descansa allí con “tus alas abiertas”. Descansa sobre la situación: orando, intercediendo, calentando con el calor del Espíritu Santo. Sigue "impactando" sobre la situación y no la "pinches". Puedes arruinarlo todo. ¡No quieras apresurar las cosas! Deja que el Señor actúe.
Dios te bendiga. 

Tu hermano, Monseñor Jonas Abib
Fundador de la comunidad Canción Nueva
Adaptación del original en portugués


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