"En estos tiempos toda la humanidad experimenta este sentido de precariedad y caduquez debido a la pandemia. «El Señor —escribió san Gregorio Magno— a veces nos instruye con palabras, a veces, en cambio, con los hechos» .
En el año marcado por el gran y terrible «hecho» del coronavirus, nos esforzamos por reunir la enseñanza que cada uno de nosotros puede extraer de él para nuestra vida personal y espiritual. Son reflexiones que podemos hacer solo nosotros los creyentes y que tal vez sería imprudente en este momento proponer a todos indiscriminadamente para no aumentar las perplejidades que la pandemia crea en algunos respecto de la fe.
Las verdades eternas sobre las que queremos reflexionar son: primero, que todos somos mortales y «no tenemos una morada estable aquí abajo»; en segundo lugar, que la vida del creyente no termina con la muerte porque nos espera la vida eterna; tercero, que no estamos solos y a merced de las olas en el pequeño barco de nuestro planeta porque la «Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros». La primera de estas verdades es objeto de experiencia, las otras dos son objeto de fe y esperanza."
Card. Fray Cantalamessa
Primer prédica de Adviento 2020
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