«Sé que me hace bien rezar, pero hoy no tengo tiempo… “mañana, mañana, mañana, mañana…” Aplazamos las cosas: mañana lo hago; sé que ayudar a alguien es importante – sí, tengo que hacerlo, lo haré mañana- Es la misma cadena de los mañana…Aplazar las cosas. Hoy, a las puertas de la Navidad, María nos invita a no aplazar, a decir «sí». “¿Tengo que rezar?”, “Sí, y rezo”. “¿Tengo que ayudar a los demás?”. “Sí”. ¿Cómo hacerlo? Lo hago. Sin aplazar. Cada «sí» cuesta . Cada “sí” cuesta pero siempre es menos de lo que le costó a ella ese «sí» valiente, ese “sí”, decidido, ese «hágase en mí según tu palabra» que nos trajo la salvación. No nos dejemos “arrastrar” por el consumismo: “Tengo que comprar los regalos, tengo que hacer esto y lo otro…” Ese frenesí por hacer tantas cosas… lo importante es Jesús. El consumismo, hermanos y hermanas, nos ha secuestrado la Navidad. No hay consumismo en el pesebre de Belén: allí está la realidad, la pobreza, el amor»«La Navidad, que ya está cerca, sea para cada uno ocasión de renovación interior, de oración, de conversión, de pasos adelante en la fe y de fraternidad entre nosotros. Miremos a nuestro alrededor, miremos sobre todo a los indigentes: el hermano que sufre, dondequiera que esté, nos pertenece. Es Jesús en el pesebre: el que sufre es Jesús. Pensemos un poco en esto. Y que la Navidad sea una cercanía a Jesús en este hermano y en esta hermana. Está allí, en el hermano necesitado, el pesebre al que tenemos que ir con solidaridad. Este es el belén viviente: el belén en el que realmente encontraremos al Redentor en las personas de los necesitados. Caminemos, pues, hacia la Noche Santa y esperemos el cumplimiento del misterio de la Salvación»
Francisco
Ángelus
20-12-2020
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