jueves, 3 de diciembre de 2020

COMPRENDIENDO LA PALABRA 031220


La fe, fundamento de nuestra vida interior

La fe es una virtud fundamental. (…) La fe es en nosotros el comienzo, el fundamento, la raíz de nuestra vida de hijos de Dios. (…) Si la fe es necesaria para despertar la vida sobrenatural, es necesaria también para asegurar su crecimiento y desarrollo. La fe es realmente el fundamento y raíz de la vida interior.

¿Cuál es la razón de ser de los cimientos, en una construcción? No sólo permiten empezar la construcción, sino que depende de ellos la estabilidad, el equilibrio, mismo la duración del edificio. Así ocurre con la fe en toda existencia cristiana. La base sólida de los creyentes afirma la esperanza y permite a la oración subir hacia Dios. En el momento de la prueba, como en el curso normal de la existencia, ¿de dónde viene el apoyo constante, de dónde recibimos los motivos de acción de gracias más eficaces sino de la fe? Por eso, san Pablo pedía a los Colosenses permanecer “fundados sobre la fe” (Col 1,23). (…) Tal es la importancia primordial de las certezas de la fe. Su influencia no cesa de ejercerse: ennoblecen la existencia y fortifican el alma. Gracias a ella el cristiano (…), aún bajo el peso de las fuerzas del mal, no duda jamás de la victoria (cf. 1 Jn 5,4).

San Pablo pudo sintetizar en una muy breve fórmula esta doctrina que tanto estimaba: “El justo vivirá por la fe” (cf. Rom 1,17; Gal 3,2). Retengamos el aspecto eminentemente práctico. Más nuestra fe será firme, más nuestra vida entera será regenerada y por ella se estrecharán los lazos de nuestra adopción divina.


Beato Columba Marmion (1858-1923)
abad
Vivir por la fe (Le Christ idéal du prêtre, Maredsous, 1951), trad. sc©evangelizo.org

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