Con Jesús por la mañana.
“La fraternidad está enraizada en la paternidad de Dios. No se trata de una paternidad genérica, indiferenciada e históricamente ineficaz, sino de un amor personal, puntual y extraordinariamente concreto de Dios por cada ser humano. Una paternidad, por tanto, que genera eficazmente fraternidad,…abriendo a los hombres a la solidaridad, a la reciprocidad y a la comprensión” (Papa Francisco). ¿Te sientes hermano de los demás, hijos de un mismo Padre? Expresa tu cariño de hermano en tus ambientes, facilitando el diálogo con quien piensa diferente a ti. Ofrece lo que vivas por la intención del Papa.
Con Jesús por la tarde.
"Después de recibir la investidura real, mandó llamar a aquellos siervos suyos, a los que había dado el dinero, para saber qué había ganado cada uno. Se presentó el primero y dijo: Señor, tu mina ha producido diez minas. Le respondió: ¡Muy bien, siervo bueno!; ya que has sido fiel en lo mínimo, toma el gobierno de diez ciudades" (Lc. 19, 15-17). ¿Cómo utilizas los dones que se te han dado? Aprovecha este tiempo y pide en tu interior: "Padre, aumenta mi fidelidad” mientras continúas fortaleciendo la fraternidad en el diálogo con tus hermanos.
Con Jesús por la noche.
Recuerda los sentimientos. Mira cómo te has sentido a lo largo del día. ¿Con qué sentimientos iniciaste el día? ¿Hubo algún cambio en ellos, en razón de qué? ¿Con qué sentimientos cierras el día? Los sentimientos mueven conductas y actitudes ¿con qué sentimientos se relacionan tus actitudes de hoy? Pide perdón por aquello que te hubiera gustado que fuera diferente.
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