viernes, 24 de noviembre de 2017

La gravedad de la envidia

“Por envidia del diablo entró la muerte en el mundo” (Sabiduría 2, 24); y también por causa de la envidia es que el pecado se multiplica en el mundo.


De todas las pasiones, la más perniciosa para la verdad y la virtud es la envidia. “Por envidia del diablo entró la muerte en el mundo” (Sabiduría 2, 24); y también por causa de la envidia es que el pecado se multiplica en el mundo.


La envidia es la madre de muchas más pasiones y es especialmente terrible porque quienes son dominados por ella la esconden incluso de sí mismos.

Este enemigo irreconciliable de la virtud es estimulado por todo aquello que provoca la admiración de los hombres, y no perdona a nadie, sino sólo a los perversos su corrupción y falta de honor.

Debemos hacernos indignos de recibir las miradas y dureza del envidioso. No hay mal que no esté vinculado a la envidia. Una vez entra al alma, la transforma en una vasija de deshonra y llena de fetidez.

(Traducido de: Cuviosul Bonifatie de la Teofania, Bucuria de a fi ortodox, Editura Sophia, Bucureşti, 2011, pp. 73-74)

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