Con Jesús por la mañana.
“La fraternidad es una dimensión esencial del hombre, que es un ser relacional. La viva conciencia de este carácter relacional nos lleva a ver y a tratar a cada persona como una verdadera hermana y un verdadero hermano; sin ella, es imposible la construcción de una sociedad justa, de una paz estable y duradera…la fraternidad se empieza a aprender en el seno de la familia, sobre todo gracias a las responsabilidades complementarias de cada uno de sus miembros” (Papa Francisco). Expresa cariño a alguien de tu familia con un gesto sencillo. Ofrece el día por la intención del Papa.
Con Jesús por la tarde.
"En aquel tiempo, alzando Jesús la mirada, vio a unos ricos que echaban sus donativos en el arca del Tesoro; vio también a una viuda pobre que echaba allí dos moneditas, y dijo: De verdad les digo que esta viuda pobre ha echado más que todos" (Lc 21, 1-3). ¿Eres generoso en tu accionar o solamente brindas lo que te sobra? Lo importante no es lo que haces sino el amor que pones. Pide en tu corazón: "Señor, enséñame a dar con amor". Actualiza el propósito de la mañana.
Con Jesús por la noche.
Descubre la novedad. Cada día es una oportunidad para que descubras las novedades en las que Dios se te hace presente. Pasa por el corazón lo que viviste, personas, acontecimientos, lugares ¿Qué novedades descubres? ¿Cómo las has vivido, las recibiste o las has resistido y rechazado? ¿Descubres a Dios presente en ellas? ¿Qué aprendiste? Agradece a Dios.
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