domingo, 26 de noviembre de 2017

Heridos en el amor

Los que han sido heridos, muy pronto vuelven a levantar barreras y procuran más ser admirados que amados. Temen al amor, porque al amar nos hacemos forzosamente vulnerables. Podemos ser heridos si la persona amada no corresponde como desearíamos, o si nuestro deseo de unión no se realiza como quisiéramos. El que ama se ofrece él mismo, en cierto modo, sin barreras, en un impulso de amor; si este ofrecimiento es rechazado, el que ama sufre entonces más profundamente que nadie. Un niño abandonado por sus padres o un enamorado al que dejó su amada, son personas con heridas tan profundas que quizás no cicatricen nunca.
Jean Vanier, No temas amar, P112




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