miércoles, 22 de noviembre de 2017

RESONAR DE LA PALABRA Evangelio según San Lucas 19,11-28.

Evangelio según San Lucas 19,11-28. 
Jesús dijo una parábola, porque estaba cerca de Jerusalén y la gente pensaba que el Reino de Dios iba a aparecer de un momento a otro. El les dijo: "Un hombre de familia noble fue a un país lejano para recibir la investidura real y regresar en seguida. Llamó a diez de sus servidores y les entregó cien monedas de plata a cada uno, diciéndoles: 'Háganlas producir hasta que yo vuelva'. Pero sus conciudadanos lo odiaban y enviaron detrás de él una embajada encargada de decir: 'No queremos que este sea nuestro rey'. Al regresar, investido de la dignidad real, hizo llamar a los servidores a quienes había dado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno. El primero se presentó y le dijo: 'Señor, tus cien monedas de plata han producido diez veces más'. 'Está bien, buen servidor, le respondió, ya que has sido fiel en tan poca cosa, recibe el gobierno de diez ciudades'. Llegó el segundo y le dijo: 'Señor, tus cien monedas de plata han producido cinco veces más'. A él también le dijo: 'Tú estarás al frente de cinco ciudades'. Llegó el otro y le dijo: 'Señor, aquí tienes tus cien monedas de plata, que guardé envueltas en un pañuelo. Porque tuve miedo de ti, que eres un hombre exigente, que quieres percibir lo que no has depositado y cosechar lo que no has sembrado'. El le respondió: 'Yo te juzgo por tus propias palabras, mal servidor. Si sabías que soy un hombre exigentes, que quiero percibir lo que no deposité y cosechar lo que no sembré, ¿por qué no entregaste mi dinero en préstamo? A mi regreso yo lo hubiera recuperado con intereses'. Y dijo a los que estaban allí: 'Quítenle las cien monedas y dénselas al que tiene diez veces más'. '¡Pero, señor, le respondieron, ya tiene mil!'. Les aseguro que al que tiene, se le dará; pero al que no tiene, se le quitará aún lo que tiene. En cuanto a mis enemigos, que no me han querido por rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia". Después de haber dicho esto, Jesús siguió adelante, subiendo a Jerusalén. 

RESONAR DE LA PALABRA

Bonifacio Fernandez, cmf
Queridos amigos y amigas:
Hoy escuchamos de labios de Jesús un parábola, con algunos rasgos alegóricos. Es equivalente lucano de la parábola mateana de los talentos. Pero difieren mucho entre sí; además Lucas funde dos parábolas en una. Para entender la originalidad de la versión que hace Lucas hay que caer en la cuenta del problema del retraso del reino de Dios. Sabemos que las comunidades primitivas viven con mucha inquietud la espera de la llegada inmediata del reino de Dios. Y ese es el motivo de la parábola: “el motivo era que estaba cerca de Jerusalén, y pensaban que el reino de Dios iba a despuntar de un momento a otro”. Lucas corrige la expectación inmediata del reino insistiendo en que:
El reino de Dios no llega en el futuro próximo.
En el lugar de la espera mesiánico nacionalista hay que esperar la justicia de Dios al final de los tiempos
En el reino entrarán los que viven y actúan con responsabilidad mientras el Señor está ausente.
El centro de la parábola reside precisamente en la importancia de hacerse cargo de la misión; hay que hacer fructificar los dones recibidos; cada uno tiene que hacer fecundos sus propios dones. Es una cuestión de responsabilidad. Y de respuesta a la palabra y misión de Jesús. Independiente de la cantidad de dones recibidos a todos se nos invita a desarrollarlos.
La vida cristiana no consiste en estar pendientes del futuro y absortos en él. La existencia cristiana se juega en el presente; no consiste sólo en la expectación; incluye el compromiso de amor.
Vuestro hermano en la fe.
Bonifacio Fernández cmf.

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

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