Con Jesús por la mañana.
“Debemos impulsar el diálogo expresión de la caridad al servicio del bien común. A través del diálogo podemos aprender a ver que el otro no es una amenaza, sino un don de Dios, que nos interpela y pide ser reconocido. Dialogar ayuda a las personas a humanizar las relaciones y a superar las incomprensiones…Si no hay diálogo aumentan los problemas, los malentendidos, las divisiones” (Papa Francisco). ¿Buscas el diálogo ante los desencuentros o te encierras y te distancias? Propicia el diálogo entre quienes están desavenidos. Ofrece el día por la intención del Papa.
Con Jesús por la tarde.
"Hasta sus padres y hermanos, parientes y amigos los entregarán y algunos de ustedes serán ajusticiados; y todos los odiarán a causa de mi nombre. Sin embargo no se perderá ni un pelo de su cabeza. Gracias a la constancia salvarán sus vidas" (Lc 21, 16-19). ¿Vives con paciencia las dificultades derivadas de los compromisos asumidos por la fe? ¿Te desanimas y te enojas? Mientras repites en tu corazón: "Padre, concédeme un corazón perseverante", renueva el propósito de la jornada.
Con Jesús por la noche.
Recuerda los sentimientos. Mira cómo te has sentido a lo largo del día. ¿Con qué sentimientos iniciaste el día? ¿Hubo algún cambio en ellos, en razón de qué? ¿Con qué sentimientos cierras el día? Los sentimientos mueven conductas y actitudes ¿con qué sentimientos se relacionan tus actitudes de hoy? Pide perdón por aquello que te hubiera gustado que fuera diferente.
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