¡Buen día, Espíritu Santo!
Abro la puerta de este día dándote Gracias.
Antes que mis ojos puedan ver la Luz de esta nueva jornada,
Tu Gracia y Tu Mirada ya ésta sobre mí,
Sé que tu Misericordia me visita cada día,
y me entrega, como presente que debe ser resguardado,
el Silencio Amoroso de tu Presencia.
Que la lucha del día no apague mi clamor:
¡Ven!, ¡Lléname!, ¡Sé mi sostén y Santifícame!
¡Amén!
Antes que mis ojos puedan ver la Luz de esta nueva jornada,
Tu Gracia y Tu Mirada ya ésta sobre mí,
Sé que tu Misericordia me visita cada día,
y me entrega, como presente que debe ser resguardado,
el Silencio Amoroso de tu Presencia.
Que la lucha del día no apague mi clamor:
¡Ven!, ¡Lléname!, ¡Sé mi sostén y Santifícame!
¡Amén!
No hay comentarios:
Publicar un comentario