Me acerco al brocal del pozo y un surtidor de agua cristalina me cala hasta el tuétano. Y oigo el susurro: ¿No sabes que para enseñar lo que es un profeta hay que buscar un modelo? Por supuesto, Jesús de Nazaret es el perfecto modelo de Profeta del Padre, pero M aría la más Perfecta Discípula es también modelo del profetismo de su Hijo. Y ya huele a mayo, el mes de la Virgen. ¿No es la ocasión más oportuna para presentarla desde la óptica del profetismo?
De acuerdo, pero lo podías haber dicho sin mojarme de esta manera.
Hay que afinar el oído
El “yupi” tiene prisa, como siempre. Le espera alguno de sus buenos negocios para hacer dinero rápido. A su vera un amigo totalmente distinto. Se nota en las ropas –túnica anaranjada- de yoghi hindú. Sus pies medio calzados con unas ligerísimas sandalias, tienen que ir a un ritmo apresurado al que no están acostumbrados.
Caminan envueltos en la contaminación y en el ruido de la Gran Vía madrileña. De pronto, el yoghi sujeta por el brazo a su amigo y le dice: “escucha, canta un pájaro”. El “yupi” se vuelve y le contesta molesto: “No digas tonterías. Con este ruido es imposible oír cantar a un pájaro. Y no te detengas que vamos a llegar tarde:”
Al poco, el yoghi deja caer una moneda. El “yupi” se detiene y le dice: “Espera, algo ha sonado”. Allí estaba la moneda sobre la acera.
El yoghi sonríe maliciosamente: “Tus oídos son muy finos para captar el sonido metálico del dinero: Oímos lo que desea nuestro corazón.”.
¿Qué es un Profeta
En la Biblia el verdadero profeta es el que es capaz de ver, porque escucha la voz divina y luego tiene la valentía de decirlo alto y claro. Es un elegido. Nadie se hace profeta por su cuenta. Jeremías es un paradigma de ser elegido para una misión profética que le hace temblar: “Antes de formarte en el seno materno, te conocí; antes de que salieras del seno te consagré, te constituí profeta de las naciones.
Yo dije: ¡Ah, Señor. Mira que no sé hablar, pues soy un niño!
Y el Señor me respondió: No digas: “Soy un niño” porque irás donde yo te envíe y dirás lo que yo te ordene.”(Jer.1,5-7)
Dentro de un mundo que no percibe a Dios porque sólo escucha las voces de “La cultura hedonística, el materialismo ávido de poseer y las concepciones de libertad que prescinden de la verdad y de la norma moral” (Juan Pablo II), han de emerger profetas “para arrancar y arrasar, para destruir y derribar, para edificar y plantar” (Jer. 1,10)
Los revolucionarios de mayo del 68 vociferaban pidiendo la imaginación al poder. Con mucha más razón, debemos pedir profetas con imaginación. La necesitarán, y mucha, para arrancar al mundo de sus instalaciones, corrupciones, tergiversaciones históricas, como la última novela del furioso antieclesial Javier Pérez Reverte y la manipulada e indignante exposición del dos de Mayo del pintor Goya en el Museo del Prado Mucha imaginación y la “fuerza y energía” que da el Señor (Salmo 117) para ayudar a descubrir nuevas formas de ver las cosas, de entenderlas y de hacerlas.
La Virgen María, Madre y Profeta
No es frecuente, por no decir casi nunca, se llama a La Virgen María con este calificativo de profeta. Sin embargo, nadie como Ella escuchó a Dios, nadie como Ella acogió la Palabra Eterna en su Seno y en su Corazón, nadie como Ella la anunció. El exegeta López Melús en su libro “María, la verdadera discípula” escribe: “Este cántico ( el Magnificat) es el espejo del alma de María. En ese poema logra su culminación la espiritualidad de los pobres de Yahwé y el profetismo de la Antigua Alianza. Es el cántico que anuncia el nuevo Evangelio de Jesucristo, es el preludio del sermón de la montaña.”
El Evangelio de Lucas nos presenta a Isabel y a María como las dos primeras profetas del Nuevo Testamento. No las llama profetisas, pero hace algo más al presentar sus cánticos inspirados. Ven a Dios y expresan para todos los tiempos los caminos de Dios. En estas sublimes palabras se palpa el misterio y la gloria de Dios, su santidad infinita y el eterno amor que, como don inefable, entra en la historia de la humanidad.
Dios nos habla a través de María
Así titula su libro sobre las apariciones marianas, el mariólogo Stefano de Fiores. María. La “Sierva del Señor” es persona adecuada para la comunicación de los valores divinos. Y a los reticentes que pregunten “¿por qué María?”, responde con el gran teólogo Urs von Balthasar:”El que se sorprende de este modo no ha comprendido quién es realmente María. Ella es el prototipo de la Iglesia. La Iglesia en su forma más pura, la Iglesia como debería ser…Ella es, podría decirse, una persona universal…como Sierva del Señor que se puede prestar a todo. Ella está ahora también a disposición de su Hijo, para mostrar a los cristianos lo que es la Iglesia en realidad…Todo en ella es Gracia; ¿por qué debería dudar en presentar al mundo este milagro de Dios, hacer admirar no ya a Ella misma sino manifestar el poder de Dios y de su propio Hijo?
Otro gran mariólogo, R. Laurentin, en su introducción a su Diccionario de las apariciones de la Virgen María (año 2007), presenta junto a una afirmación, un interrogante:
“María, aparece, pues, por así decir, en esta frontera del tiempo y de la eternidad de Dios y de los hombres, como una mediación materna, porque esta mujer humilde ha dado a luz a Dios para que, a su vez, ellos nacieran a la vida divina. ¿Este es el motivo por el que sus apariciones son tan frecuentes?”
Fiores se suma a este interrogante ante las intervenciones marianas del Siglo XX: “¿Por qué siempre María? ¿No hay otros santos?”
“A estos interrogantes –dice- la teología no responde atrincherándose en la ’impenetrable política del cielo’.( Bossuet)”
- Ensaya algunas respuestas que pueden agruparse en tres categorías:
- La primera se refiere a la identidad de María como la persona más adecuada para transmitir a los seres humanos la voluntad divina y para una determinada época histórica.. Y así aparece como la más Perfecta Discípula de Jesús Profeta.
- La segunda presenta un carácter eclesiológico, porque en María emerge de modo prototípico lo que Dios unitrino espera de su Iglesia. (Dios no quiere hacer todo sólo, sino que elige colaboradores).
- La tercera, por fin, remite a las necesidades de los tiempos, a la que María responde revelando el rostro materno de Dios.
Conclusión.
La Vida Consagrada en su relación filial con María encuentra el camino privilegiado para ser fiel a la vocación profética que le es propia y encuentra también una ayuda eficacísima para avanzar en ella y vivirla con plenitud
Oigo el susurro de este cantarillo que dice: Gracias porque me has llenado con un agua tan fresca, tan transparente y tan sabrosa que no se cansarán de beber los sedientos. Los que con parresía (valentía) quieren responder a la participación en la actividad profética que necesita el mundo de hoy.
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