¿Que necesita realmente?
Lo debemos decir, temblorosos y en oración,
porque es su misterio, es su vida:
es el Espíritu Santo, animador y santificador de la Iglesia,
su aliento divino, el viento de sus velas,
su principio unificador, su fuente interior de luz y de energía,
su apoyo y su consolador, su manantial de carisma y de cantos,
su paz y su gozo, su prenda y preludio de vida bienaventurada y eterna.
La Iglesia tiene necesidad de un perenne Pentecostés:
necesita fuego en el corazón,
palabra en los labios,
profecía en la mirada.
La Iglesia necesita ser templo del Espíritu Santo,
es decir, de total limpieza y de vida interior"
"La Iglesia y el mundo necesitan mas que nunca que el "prodigio de Pentecostés se prolongue en la historia"
Pablo VI
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