domingo, 17 de abril de 2016

Meditación: Juan 10, 27-30


¿Qué le viene a la mente cuando usted piensa en la Iglesia?

Si bien los autores del Nuevo Testamento usaban a veces la analogía de un templo para describir la Iglesia, su concepto no se limitaba a un edificio de piedra y cemento. La palabra griega ekklesia también puede traducirse al español como “asamblea” o “congregación”, pero hemos de comprender que el significado principal de iglesia es la unión del pueblo con Jesucristo.

Jesús estableció la Iglesia para que ésta pusiera en práctica las enseñanzas del Evangelio acerca de su misión de Pastor. Los discípulos entendieron que el Buen Pastor era quien daba la vida eterna y que ellos tenían el deber de transmitir, cuidadosa y fielmente, la palabra del Pastor (Hechos 13, 47).

A través de los siglos, la Iglesia siempre ha seguido los pasos del Pastor. San Ignacio de Antioquía (c.35-c.107) sabía muy bien que, siendo obispo, tenía que predicar la Palabra de Dios en toda su plenitud a los creyentes de la ciudad. Cuando escribía a los cristianos de otras iglesias, les recordaba que debían obedecer a su obispo, porque éste también tenía el deber de predicar y enseñar la Palabra de Dios.

En realidad, San Ignacio advirtió a los cristianos de Filadelfia (actual ciudad turca de Alasheir) que si permanecían unidos a su obispo (al que presentaba como pastor según el modelo de Cristo), estarían protegidos de cualquier ataque:
Como hijos, pues, [de la luz] de la verdad, evitad las divisiones y las doctrinas falsas; y allí donde está el pastor, seguidle como ovejas. Porque muchos lobos engañosos con deleites fatales se llevan cautivos a los que corren en la carrera de Dios; pero, cuando estéis unidos, no hallarán oportunidades. (Carta a los Filadelfios, 2).
Debemos, pues, examinarnos nosotros mismos, para ver si estamos atentos a la palabra del Buen Pastor, que nos comunica la Iglesia.
“Señor y Padre nuestro, reconocemos que tú eres Dios. Concédenos, Señor, una mayor medida del Espíritu para que nos enseñe y nos fortalezca en todo lo que hagamos en esta vida.”
Hechos 13, 14. 43-52
Salmo 100(99), 1-3. 5
Apocalipsis 7, 9. 14-17

fuente Devocionario Católico La Palabra con nosotros.

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