La espera, naturalmente, hace parte de la vida humana. Esperamos el tiempo correcto para nacer, caminar, hablar, sonreír. Cuando adultos, la lista de espera puede crecer. Entonces, independiente de la edad y del tiempo, queriendo o no, todos nosotros estamos a la espera de alguna cosa. Y tu puedes concordar conmigo que esperar no es nada fácil, principalmente cuando esperamos por respuestas conectadas a los anhelos más profundos y a las necesidades más urgentes de nuestra alma.
Ya esta probado, además, que mejor que huir de la espera es rendirse a esta pedagogía divina que tanto nos forma y intenta extraer lo mejor que ella puede ofrecernos. Y si me preguntas que hacer mientras esperamos para aprovechar bien la vida, yo tengo una buena noticia: ¡existen muchas cosas buenas y llenas de significado que tu puedes hacer en este tiempo!
Glorioso encuentro
Si la espera, por ejemplo, es por un novio o novia, basada en mi propria experiencia, yo te aconsejo a buscar, en primer lugar, la sanación de tu corazón y el autoconocimiento. Cuanto más nos conocemos y buscamos la reconciliación con nuestra historia, más libres y, por lo tanto, más apto al amor nos convertirnos favorable así un “encuentro glorioso”, que puede durar para siempre, trayendo paz y alegría a su vida.
El tiempo de la espera es también de vivir intensamente cada instante de la vida como si fuera el ultimo y el único, porque si paramos para pensar, “el pasado no vuelve, el futuro no lo tenemos y el hoy no acabo”. Entonces, ahora es el tiempo de vivir siendo quien tu eres, con la libertad de hijo amado de Dios, sin comparar y sin huir de tu realidad. Además, la comparación es un gran mal en todas las áreas de la vida, y en el tiempo de la espera ella se vuelve aún peor, porque cada vez que nosotros comparamos, creemos que para las otras personas las cosas dan bien y para nosotros no, además de hacernos daños, permitimos que nos roben algo esencial en nuestra vida, que es la convicción de que somos amados por ser nosotros mismos, y no por aquello que nos gustaría tener. Recuerda: Dios te ama profundamente de la forma en que te encuentres ahora, no permitas que la comparación robe tu alegría.
Promoviendo la felicidad tu vas ser feliz
Mientras esperas, intenta también ser agradable, sencillo, alegre y disponible, ten interés por las personas que la vida te permite encontrar. Atrévete salir de ti mismo e ir al encuentro de quien necesita de apoyo, amor y presencia. Es con amor que aprendes a amar, y es promoviendo la felicidad que vas ser más feliz.
Desarma tu corazón de todo prejuicio – eso no ayuda a nadie a crecer en la vida. Por detrás de las apariencias, siempre existen corazones amables y dispuestos a amar. Atrévete ir más allá de lo que tus ojos pueden ver y sorpréndete con el resultado.
Lee buenos libros, ten contacto con la naturaleza, haz viajes, relacionate con el mundo y, en la medida de lo posible, haz las cosas sencillas y buenas que realmente te gustan hacer hoy, sin dejar para mañana.
Por fin, busca pasar por la espera con los ojos y el corazón abiertos, y no repares en el “objeto de deseo”, como si nada más existiera en este mundo. Nuestra espera necesita ser activa y no pasiva; entonces, quédate atento. ¡La vida ofrece nuevas oportunidades en cada amanecer, y si tu estas pegado a la única posibilidad de realización, corres el riesgo de no darte cuenta de la felicidad que te esta llamando aquí ahora!
Dijanira Silva
Misionera de la Comunidad Canción Nueva
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