lunes, 15 de agosto de 2016

Liturgia viva al despertar 150816

 Hoy nos regocijamos porque uno de nosotros ha alcanzado su destino definitivo. Hoy es la gran fiesta de María, la fiesta de su Pascua, la Asunción de Nuestra Señora. En la tierra siguió el camino de Jesús, vivió sin reservas las Bienaventuranzas, y ahora comparte la gloria de su Hijo. La Asunción es para nosotros un signo de esperanza. Nos recuerda que nosotros también estamos llamados para participar con ella de la victoria de Jesús, si es que estamos dispuestos a compartir con ella en la fe humilde, en el servicio a los pobres y humillados en el reino de Dios. ¡Celebremos con alegría!


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