Aprende algunos consejos sobre el uso del WhatsApp con madurez en el día a día
Cuando decimos WhatsApp, todos nos acordamos de ese sonido inconfundible. Hoy, se convirtió en una herramienta de comunicación que facilita el contacto para todos los que poseen acceso a internet. Sin embargo, en medio de la facilidad de este recurso de comunicación, el WhatsApp ha generado algún malestar en muchas relaciones.
Todo lo que poseemos debe ser usado con sabiduría y discernimiento. Con el WhatsApp no es diferente.
Usar con moderación
Me gustaría enumerar algunos consejos para el uso de este aplicativo:
El hecho de recibir un mensaje no indica la obligación de responderla de inmediato. Aunque hayas visto el mensaje, no significa que haya que responder en ese exacto momento. No todos pueden responder todos los mensajes que recibe las veinticuatro horas por día. Hay que tener cuidado, porque el WhatsApp ha esclavizado a muchas personas y a otros las ha hecho rehenes de un aplicativo virtual.
Enojarse por no recibir respuesta, enviar mensajes groseros o de mala educación por no haber obtenido respuesta significa que la persona no tiene madurez suficiente para lidiar con la herramienta.
Nadie está obligado a responder los mensajes de “buen día”, “buenas tardes” y “buenas noches”. No responder no significa que la persona no lo considera más su amigo.
Reducir una amistad de años a un aplicativo de comunicación es no valorar al amigo y decirle que el WhatsApp es más importante que el contacto real. Muchas amistades se están perdiendo por el simple motivo de inmadurez de quien no sabe usar.
Reclamar la respuesta de algo banal y sin importancia llega a ser el colmo de la inmadurez. Esta actitud demuestra infantilismo.
No estás obligado a participar de un grupo solo porque todos están ahí. Si el grupo no aporta nada importante para tu vida persona y espiritual, no tengas miedo de salir.
No hay nada más estresante que estar leyendo un mensaje codificado, o sea, escrito en partes interminables. Escribe de una sola vez o graba un audio. Nadie tiene tiempo suficiente para estar escribiendo a cuenta gotas.
Hay horario para todo. Estar mandando mensajes muy tarde a la noche es bastante incómoda para el que recibe. Recuerda: no todos tienen insomnio. Para quien es víctima de los mensajes a la madrugada, recomiendo desconcertar el wi-fi y los datos móviles del dispositivo. Así, su sueño será tranquilo. Al otro día, cuando tengas tiempo, puedes responder los mensajes con calma y a su tiempo.
Recuerda colocar en silencio tu celular. No hay nada más desagradable que escuchar ese sonido en una Misa, en el teatro, en el cine o en cualquier otro lugar.
Por último: el WhatsApp es una aplicación, un medio de comunicación, pero hay otros medios de comunicación como llamar, encontrarse personalmente. Usa con sabiduría esos medios, sin apelar a actitudes inmaduras.
Padre Flávio Sobreiro
Teólogo por la Facultad Católica de Pouso Alegre (MG), Sacerdote de la Arquidiócesis de Pouso Alegre (MG). Autor del libro “Amor sin fronteras” de la Editora Canción Nueva.
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