Bendito seas, mi Señor y Salvador,
mi Roca y mi baluarte!
Tú eres mi Refugio, mi único y real refugio.
Bendito Tu Nombre, Tu Santo y dulce Nombre!
Bendito Tu Corazón y Tus entrañas de Misericordia!
Si en la noche clamé tu protección:
ser resguardado en tu regazo;
Ahora, en la mañana clamo tu auxilio y tu escudo.
¡Ven y asísteme Poderoso Dios,
Auxilio de los que en Ti confían y esperan!
¡Ven y cambia mis inseguridades!
Imprime sobre el ellas el sello de tu permanencia!
Porque Tú eres el que me sostienes,
sólo Tú el que me das vida,
sólo Tú el que por Puro y Delicado Amor,
haces un cielo de mis tormentos,
un paraíso de mis desiertos,
Y en todo y en todos te revelas
sólo para enamorarme,
sólo para seducirme.
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