miércoles, 28 de septiembre de 2016

¿Como construir un matrimonio sano?

Novios, aprenden a admirarse para la construcción del matrimonio sano
Todos los filósofos aseguran que la grandeza del pensamiento comienza en la capacidad que la persona tiene de dejarse de admirar y contemplar.

La admiración no es una actitud superficial, por el contrario, admirar es sinónimo de pausar y observar lentamente aquello que nos llama la atención. En la exhortación Amoris Laetitia, Papa Francisco escribe: “El primer nivel de eros es la capacidad de admirarse” (A.L 15). El verdadero noviazgo tiene su punto de partida en la admiración inicial, sano y pura de una mirada, de una sonrisa y una charla.

Novios
Foto: Wesley Almeida/cancionnueva.com


¿Como construir la admiración?

En la admiración, los novios aprenden y crecen en la virtud de la pureza. Muchos parejas de novios, después de conocerse, ya tiene necesidad de estar juntos todos los días, de compartir todo juntos y vivir juntos. El noviazgo no puede ser superados como si fuera un tiempo de posesión o dominio. El tiempo de noviazgo parte de primera admiración, va creciendo y generando en los novios la alegría de conocerse a los pocos.
Darse cuenta en nuestra sociedad, que los enamorados ya están vinculados “oficialmente” por una especie de pacto o por así llamar de oficial relacionamiento que, en el medio de familia y de los amigos, ya es acepto.
Los novios pasan vacaciones juntos, los fines de semana y mucho tiempo juntos. Un noviazgo sano y responsable nace en un tiempo oportuno, prudente y discreto. Cuando los novios establecen una relación en este nivel, pierden la capacidad de admirarse, dando mayor oportunidad para las peleas pequeñas que deterioran la relación.
Soy ciente de que hoy podemos entrar en contacto con las personas superando las distancias, el tiempo y hasta el espacio. Pero, el noviazgo, es vital la serenidad y la conciencia de saber que este periodo de relación no tiene en sí mismo ningún compromiso definitivo; por el contrario, es un tiempo que pasa en la jovialidad de la juventud.
Los novios, mucho más que admirar las calidades o la belleza física de cada uno, deben admirar el contenido de sus conversaciones, de los asuntos que juntos comparten, de las conquistas que realizan a nivel académico y familiar, especialmente preparando un proyecto de vida que vislumbre el futuro. Cuando el noviazgo es vivido en la serenidad y en la conciencia sana de que un no depende del otro, la admiración se convierte un camino viable para, tal vez, llegar a un tiempo de compromiso y, sin duda, un futuro matrimonio.

El tiempo de noviazgo

¿Cuando debe comenzar el noviazgo? Cuando nace la admiración y esta pasa por la confirmación de los miembros de la familia. Enamorarse a escondidas, por la internet no constituye un paso suficientemente fructuoso. El noviazgo debe ser experimentado en el encuentro abierto y reconocido por aquellos que “cuidan” de los novios. Cuidar no es sinónimo de vigilar, controlar y decidir en el lugar del hijo o de hija. Cuidar significa promover la descubierta de una nueva experiencia en la vida, que, se bien guiada, trae grandes beneficios para la madurez.
Dejémonos admirar, cada vez más, por las obras del Señor. Dios siempre nos admira. Permitámonos que el tiempo de novio sea de conquistas y realizaciones, contribuyan para que el camino sea mejor construido. No acelera ningún tipo de relacionamiento es la primera señal de una vida construida sobre la Roca, que es Cristo.
Vivir un noviazgo en la admiración sensata de, quien sabe que un día, tomar decisiones definitivas es una de las mayores conquistas en la vida afectiva. Novios, hagan de este tiempo una admiración simples y tierna, permitan que la ternura florezca en tu relacionamiento con don vivido y celebrado.

Padre Rafael Solano
Sacerdote de la Arquidiócesis de Londrina. Rector del Seminario Mayor Pablo VI

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