Mateo, a pesar de ser un despreciable colector de impuestos, calificado tan bajo como un pecador público o como un pagano, llega ser un apóstol de Jesús. Él es una prueba viva de que Jesús vino a llamar a los pecadores. Y entre los apóstoles es uno de los dos evangelistas que dieron testimonio de Cristo, no sólo con su trabajo y su vida, sino también con sus escritos – el formidable evangelio. Mateo está con nosotros hoy para fortalecer nuestra fe. Nos muestra cómo en Jesús se cumplen las Escrituras, y cómo nuestras comunidades de hoy, igual que las suyas hace ya tanto tiempo, tienen que poner en práctica la Buena Noticia de Jesús.
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