jueves, 29 de septiembre de 2016

Meditación: Daniel 7, 9-10. 13-14


Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

La siguiente es una historia verdadera: Mientras realizaba una peregrinación en Barcelona, un joven que pensaba en hacerse sacerdote tuvo un encuentro misterioso. Estaba solo, sin dinero y tenía hambre, cuando un desconocido alto y corpulento lo invita a cenar. Naturalmente acepta y luego se despiden, pero nunca le pregunta al hombre quién es ni cómo se llama.

Más tarde, en una calle angosta, un grupo de cinco matones lo arrincona para asaltarlo, pero de la nada aparece el mismo hombre corpulento y lo rescata. Dos semanas después el joven está en una tienda en Madrid, a más de 300 millas de Barcelona, y ¡ve al mismo hombre! El joven va a buscar a su madre (que entonces lo acompañaba) para que lo conociera, pero cuando regresa sólo encuentra una nota que dice: “Que Dios te bendiga. Miguel.”

¿Pudo éste haber sido el arcángel San Miguel, cuya fiesta celebramos hoy? Imposible saberlo con certeza, pero este episodio concuerda con la misión del arcángel, de proteger a la Iglesia y a sus miembros. De hecho, él fue el ángel que expulsó a Satanás del cielo (Apocalipsis 12, 7). El Papa León XIII le tenía tanta devoción que compuso la “Oración a San Miguel Arcángel” que todavía rezamos hoy.

¡Tenemos unos aliados muy poderosos en el Reino espiritual! Y aunque es difícil que nos encontremos un día con el arcángel Miguel, Gabriel o Rafael en persona, sabemos que hay muchos de ellos. ¿Quién sabe cuántas veces hemos sido protegidos por ángeles, especialmente donde había peligro?

Hoy es un buen día para recordar que no estamos solos. Tenemos naturalmente a Jesús, nuestro Señor, la Virgen María y los santos con nosotros, pero también están los ángeles, especialmente ¡nuestro propio ángel de la guarda! Podemos estar sumamente agradecidos porque lo que hacen en favor nuestro tiene por objeto ayudarnos a llegar un día a contemplar la hermosura de la faz del Señor. Por eso confía en que cada día tienes ángeles a tu lado, que te ayudarán en cualquier situación.
“San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes y tú, Príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas.”
Salmo 138(137), 1-5
Juan 1, 47-51

fuente: Devocionario católico la palabra con nosotros

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