«La misericordia de Dios nos libera. Y cuando te encuentras con la misericordia de Dios, tienes una gran libertad interior y también puedes transmitirla. Por eso es tan importante abrirnos a la misericordia de Dios para no ser esclavos de nosotros mismos… El amor verdadero es la verdadera libertad: aleja de la posesión, reconstruye las relaciones, sabe acoger y valorar al prójimo, transforma todo esfuerzo en don alegre, hace capaces de comunión. El amor te hace libre incluso en la cárcel, aunque seamos débiles y limitados»
Francisco
Audiencia General 12-09-18
Viñeta: Leonan Faro
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