lunes, 3 de septiembre de 2018

No te dejes contaminar por le mundo

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En este domingo reanudamos la lectura del Evangelio de Marcos. En el pasaje de hoy (Mc 7,1-8.14-15.21-23), Jesús afronta un tema importante para todos nosotros, los creyentes, la autenticidad de nuestra obediencia a la Palabra de Dios, contra cualquier contaminación mundana o formalismo legalista. La narración comienza con la objeción que los escribas y fariseos le hacen a Jesús, acusando a sus discípulos de no seguir los preceptos rituales según las tradiciones. De esta manera, los interlocutores pretendían golpear la fiabilidad y la autoridad de Jesús como Maestro porque dijeron: “Pero este maestro deja que los discípulos no cumplan con las prescripciones de la tradición”. Pero Jesús replica fuerte y replica diciendo: «Bien ha profetizado Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto enseñando doctrinas que son preceptos humanos”» (versículos 6-7). Esto es lo que Jesús dice. ¡Palabras claras y fuertes! Hipócrita es, por así decirlo, uno de los adjetivos más fuertes que Jesús usa en el Evangelio, y lo pronuncia dirigiéndolo a los maestros de la religión: doctores de la ley, escribas … “Hipócrita”, dice Jesús.

En efecto, Jesús quiere sacudir a los escribas y fariseos del error en el que habían caído, es decir, el de manipular la voluntad de Dios descuidando sus mandamientos para observar las tradiciones humanas. La reacción de Jesús es severa porque es mucho lo que está en juego: se trata de la verdad de la relación entre el hombre y Dios, de la autenticidad de la vida religiosa. El hipócrita es un mentiroso, no es auténtico.

También hoy el Señor nos invita a huir de este peligro de dar más importancia a la forma que a la sustancia. Nos llama a reconocer, siempre de nuevo, aquello que es el verdadero centro de la experiencia de fe, es decir, el amor de Dios y el amor al prójimo, purificándolo de la hipocresía, del legalismo y del ritualismo.

“El mensaje del Evangelio de hoy queda reforzado también por la voz del Apóstol Santiago, que nos dice en síntesis cómo debe ser la verdadera religión y dice: la verdadera religión es “visitar a los huérfanos y las viudas en los sufrimientos y no dejarse contaminar por este mundo “(v. 27).

“Visitar a los huérfanos y a las viudas” significa practicar la caridad con el prójimo a partir de las personas más necesitadas, más frágiles, más marginadas. Son las personas de las cuales se preocupa Dios de forma especial, y nos pide a nosotros que hagamos lo mismo.

“No dejarse contaminar por este mundo” no significa aislarse y cerrarse a la realidad. También en este caso no debe ser una actitud exterior, sino interior, sustancial: significa vigilar para que nuestra forma de pensar y de actuar no sea contaminada por la mentalidad mundana, es decir, por la vanidad, la codicia y el orgullo. En realidad, un hombre o mujer que vive en la vanidad, la codicia y el orgullo y al mismo tiempo cree y se hace ver como religioso e incluso condena a los demás, es un hipócrita.

Hagamos un examen de conciencia para ver como acogemos la Palabra de Dios. El domingo la escuchamos en la Misa pero si la escuchamos distraídos o superficialmente, no nos ayudará mucho. Debemos acoger la Palabra con la mente y el corazón abiertos, como un buen terreno, para que se asimile y dé frutos en la vida concreta. Jesús dice que la Palabra de Dios es como un grano de trigo, es una semilla que debe crecer en las obras concretas. De esta manera, la Palabra misma purifica nuestro corazón y nuestras acciones y nuestra relación con Dios y con los demás se libera de la hipocresía.

El ejemplo y la intercesión de la Virgen María nos ayude a honrar siempre al Señor con nuestro corazón, dando testimonio de nuestro amor por Él en elecciones concretas para el bien de nuestros hermanos.

Queridos hermanos y hermanas:
Ayer, en Košice (Eslovaquia), ha sido proclamada Beata Anna Kolesárová, virgen y mártir, asesinada por haberse resistido a quien quería violar su dignidad y su castidad. Es como nuestra italiana Maria Goretti. Esta chica valiente ayude a los jóvenes cristianos a permanecer firmes en la fidelidad al Evangelio, incluso cuando se requiere ir contra corriente y pagar con la propia vida. Un aplauso a la Beata Anna Kolesárová!
Y esto me produce gran dolor: Se respiran todavía vientos de guerra y nos llegan noticias inquietantes sobre los riesgos de una posible catástrofe humanitaria en la amada Siria, en la provincia de Idlib. Renuevo mi urgente llamado a la comunidad internacional y a todos los actores involucrados para que hagan uso de los instrumentos de la diplomacia, el diálogo y las negociaciones, en el respeto de los Derechos Humanos Internacionales y salvaguarden la vida de los civiles.
Saludo a todos vosotros, queridos peregrinos de Italia y de varios países. En particular, saludo a los catequistas de Caerano San Marco, los chicos de Montirone, joven Rovato y los que provienen de diferentes ciudades de España después de un largo viaje, y los participantes en la reunión de motociclistas en una Vespa. Veo el cartel allí, ¡bienvenidos!
A todos os deseo un buen domingo y, por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Una buena comida y hasta la vista!
Francisco

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