No cabe duda que el Señor nos dio los carismas y que ellos necesitan ser usados. Voy a ser osado como San Pablo para decir que he ido adelante con los carismas! No los he negado, y he arriesgado con los carismas -hasta he pagado un precio alto por causa de ellos. Pero, necesito confesar que necesito poner el mismo empeño en mi santidad de vida!
No siempre nos empeñamos en buscar la santidad de la misma forma que buscamos los carismas. Y es por eso que no tenemos toda la eficacia que necesitamos tener. Estoy hablando de nosotros, renovados en el Espíritu Santo. No somos todavía todo el fermento que el Señor quería que fuésemos. No somos toda la sal, con “salinidad”, para la Iglesia. No somos toda la luz que podríamos ser para este mundo que anda en tinieblas. Todo eso porque, infelizmente, nosotros nos empeñamos más en el camino de los carismas que de los caminos de la santidad. Y por eso, perdemos mucha de la eficacia en la evangelización.
¿Y en cuanto a nuestro juicio? Con certeza, ¡no va a ser por los carismas que seremos juzgados!
Si tienes alguna duda en cuanto a eso, la respuesta está en el Evangelio de San Mateo, en el sermón de la montaña, en que el propio Jesús dice al respecto del juicio:
“Muchos me dirán en aquel día: «Señor, Señor, ¿acaso no profetizamos en tu Nombre? ¿No expulsamos a los demonios e hicimos muchos milagros en tu Nombre?». Entonces yo les manifestaré: «Jamás los conocí; apártense de mí, ustedes, los que hacen el mal». Mateo 7, 22-23
¿Por qué Jesús dice que no nos reconocerá a pesar de haber usado los carismas que Él mismo nos concedió? Simplemente porque no hicimos la Voluntad de Él:
“La voluntad de Dios es que sean santos, que se abstengan del pecado carnal”1 Tes 4,3
Dios necesita que usemos los carismas, porque hay muchas tinieblas en nuestro medio, en la iglesia y en el mundo; Pero, ¡para eso, es necesario que nos volvamos santos! Si nuestro objetivo primero es la santidad, podemos tener la certeza que tendremos más eficacia en nuestra predicación, en la oración por los hermanos y en el uso de los carismas.
Dile al Señor:
Nosotros, carismáticos, nos arrepentimos, Señor, y te pedimos perdón, porque no hemos puesto como primer objetivo en nuestras vidas, la santidad!
Es necesario tener coraje para programar la santidad como el principal objetivo de la Renovación Carismática Católica. Es necesario tener el coraje de salir de la dormición y parar de perder el tiempo buscando los carismas sin buscar la santidad. ¡Debemos buscar los carismas con la santidad!
mons. Jonas Abib
Pentecostés Hoje - pag 40
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