Evangelio según San Mateo 8,23-27
Jesús subió a la barca y sus discípulos lo siguieron.
De pronto se desató en el mar una tormenta tan grande, que las olas cubrían la barca. Mientras tanto, Jesús dormía.
Acercándose a él, sus discípulos lo despertaron, diciéndole: "¡Sálvanos, Señor, nos hundimos!".
El les respondió: "¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?". Y levantándose, increpó al viento y al mar, y sobrevino una gran calma.
Los hombres se decían entonces, llenos de admiración: "¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?".
RESONAR DE LA PALABRA
Queridos hermanos y hermanas:
Hemos aprendido que el proceder justo y misericordioso de Dios no exime a la humanidad de hacer buen uso de su libertad. En las narraciones del libro del Génesis la vida de Lot y su familia se presentan no como ejemplo de quienes se libran de la muerte por casualidad o porque se lo merezcan. Son el testimonio de la vida que prevalece y sobrevive en medio de la catástrofe. Una invitación a reconocer la finitud y fragilidad de la vida; y a valorar las oportunidades que tenemos para reivindicarnos como seres humanos. Los habitantes de Sodoma, desviándose de aquello que los conduce a la vida, no han escuchado la voz de Dios. Ahora les toca enfrentar con lamento como se les escapa la vida ante sus propios ojos.
Frente al irresponsable comportamiento de la mayor parte de la humanidad con relación al planeta, queda la esperanza de los pocos que con conciencia ecológica se dedican a revertir los efectos negativos del calentamiento global. Las alertas cada vez mayores pierden credibilidad frente a la sed de quienes piensan que «no hay alternativa». Y aunque “el castigo y la condena” no son propios de Dios, las consecuencias de nuestros actos avasalladores no dejarán de impactarnos.
Con una narración cargada de simbolismo el evangelista advierte a la comunidad sobre los peligros que conlleva ser parte de un proyecto transformador como el de Jesús. Los que sueñen con hacer presente el Reino de Dios deben enfrentar con valentía las persecuciones, no dejándose atrapar por el miedo, la desesperanza o la falta de fe. Con la imagen de la barca sacudida por la tormenta invita, a la comunidad, a prepararse para cuando sobrevengan las dificultades.
Contamos con innumerables testigos que, venciendo el miedo, han enfrentado toda clase de amenazas e incluso la muerte. Recordemos que cuando ocultamos o disimulamos la radicalidad del evangelio terminamos siendo cómplices de las estructuras generadoras de muerte.
Tomemos el ejemplo de aquellos enviados por Dios para salvar a Lot y su familia de la inevitable catástrofe. No dejemos que la indiferencia se adueñe de nosotros y presentémonos como cristianos que oportunamente buscan servir y salvar la vida amenazada.
¿qué acciones ecológicas podrías realizar en tu comunidad para colaborar con el cuidado del medio ambiente?
En comunión fraterna,
Fredy Cabrera, cmf.
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