«Nuestra adhesión al Señor no puede reducirse a un esfuerzo personal. Esto sería también un pecado de soberbia. Nuestra adhesión al Señor no puede reducirse a un esfuerzo personal, sino que debe expresarse en una apertura confiada de corazón y de la mente para acoger la Buena Nueva de Jesús. Es esta, la Palabra de Jesús, la Buena Noticia de Jesús quién cambia el mundo y los corazones! Estamos llamados, por lo tanto, a confiar en la palabra de Cristo, a abrirnos a la misericordia del Padre y a dejarnos transformar por la gracia del Espíritu Santo»
Francisco
Ángelus
27-01-2020
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