«He venido no para abolir si no para cumplir la ley»
El sacrificio de la oveja, el rito de la Pascua y la letra de la ley, han confluido en Cristo Jesús a la vista de que todo se ha cumplido en la antigua ley y más aun, en el nuevo orden. Pues la Ley se ha convertido en el Verbo y de antigua se ha hecho nueva..., el mandamiento se ha transformado en gracia, la figura en verdad, el cordero se ha hecho hijo, la oveja se ha convertido en hombre, y el hombre en Dios...
El Señor, siendo Dios, revistió al hombre de su grandeza, sufrió por el que sufría, fue encadenado por el que era cautivo, fue juzgado por el culpable, fue enterrado por el que estaba enterrado, resucitó de entre los muertos y declaró en voz alta: «¿quién disputará contra mí? ¡Que se presente ante mí1» (Is. 50,8).So yo quien ha liberado al condenado; quien ha devuelto la vida al muerto; quien ha resucitado al enterrado. «¿Quién se atreve ha contradecirme?» Soy yo dice, que soy Cristo, quien ha destruido la muerte, quien ha triunfado ante el adversario, quien ha maniatado al enemigo poderoso y, quien ha conducido al hombre hacia las alturas del cielo, soy yo dice, que soy Cristo.
Venid pues, todas las familias de los hombres, encallecidos de pecados, y recibid el perdón de los pecados. Pues soy yo quien soy vuestro perdón, yo la Pascua de la salvación, yo el cordero inmolado por vosotros, yo vuestro rescate, yo vuestra vida, vuestra resurrección, vuestra luz, vuestra salvación, vuestro rey. Soy yo quien os guía hacia las alturas del cielo, yo quien os resucitará, quien os hará ver al Padre que existe por toda la eternidad, soy yo quien os resucitará por mi mano poderosa.
Melitón de Sardes (¿- c. 195)
obispo
Homilía Pascual
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