Llegó Bernabé, y viendo la acción de la gracia de Dios…(Hechos 11, 23)
San Bernabé fue uno de los primeros misioneros y uno de sus dones más valiosos era su capacidad de “ver” lo que Dios estaba haciendo y promover esta obra entre los demás.
Bernabé fue quien recibió a Pablo en la comunidad de creyentes después de que éste se convirtió (Hechos 9, 27). Él “vio” lo que Dios había hecho en este ex perseguidor y decidió aceptar a Pablo a pesar de su pasado. De nuevo, cuando fue a Antioquía, “vio” lo que Dios estaba haciendo para unir a los cristianos de origen judío y a los gentiles (11, 23). Podría haberle parecido maravilloso, y haber regresado a Jerusalén, pero reconocía que la gracia de Dios estaba actuando y buscó a Pablo para que los dos se quedaran ahí enseñando.
Unos años después, Bernabé y Pablo se separaron debido a un desacuerdo sobre otro misionero, Juan Marcos. Bernabé vio el potencial de Juan Marcos, aun cuando este discípulo, que era más joven, los había abandonado durante un viaje de misión (Hechos 15, 37-40). Pablo no quiso seguir trabajando con Juan Marcos, así que Bernabé lo acogió bajo su protección. Finalmente, Juan Marcos no solo probó ser un fiel compañero, sino que se cree que es el mismo Marcos que escribió el Evangelio que lleva su nombre.
En cada era de la Iglesia, Dios hace surgir a personas como Bernabé, santos que fueron guiados y animados por hombres y mujeres piadosos: San Ambrosio y San Agustín; San Francisco de Sales y Santa Juana de Chantal. También San Juan XXIII, quien vio que Dios quería renovar la Iglesia y asumió la tarea. Incontables personas, conocidas y desconocidas, han provocado un efecto dominó en la historia de la Iglesia.
Dios también desea que veas su gracia en acción y te apropies de ella: apoya a tu nuevo párroco, concede a alguien una segunda oportunidad o anima a tus hijos a usar sus dones al servicio del Señor.
Todos podemos crecer en el don de “ver” a las personas y las situaciones de la forma en que Dios las ve. Al igual que Bernabé, podemos actuar de acuerdo a lo que vemos: guiando, animando y dando el siguiente paso hacia adelante en la fe.
“Señor, gracias por abrir los ojos de tu pueblo para que podamos ver tu obra.”
Salmo 98 (97), 1-6
Mateo 5, 20-26
fuente Devocionario Católico La Palabra con nosotros
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