“Pero yo les digo”: el cumplimiento de la Ley
La gracia permanecía velada en el Antiguo Testamento. Ella se manifestó en el Evangelio de Cristo cuando llegó el tiempo previsto por Dios para la revelación de su bondad. (…) Aproximando esas dos épocas, notamos una diferencia profunda. Al pie del Sinaí, el pueblo, tomado por el temor, no osaba aproximarse al lugar en el que el Señor entregaba su Ley. Mientras que, en el aposento superior, el Espíritu Santo descendió sobre los que estaban reunidos esperando el cumplimiento de la promesa. En el Sinaí, el dedo de Dios ha obrado sobre las tablas de piedra, en el aposento superior, obró en el corazón de los hombres. (…)
“El amor es la plenitud de la Ley”. Este amor de caridad no fue escrito sobre tablas de piedra sino que “ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado”. La ley de Dios es la caridad. “Los deseos de la carne se oponen a Dios, ya que no se someten a su Ley, ni pueden hacerlo”. Para reprimir ese deseo de la carne, las obras de caridad fueron escritas sobre las tablas de piedra. Era la ley de las obras, “la letra que mata” a quienes hacen el mal. Cuando la caridad es derramada en el corazón de los creyentes, he aquí la ley de la fe y del “Espíritu que da la vida” entregado a quienes aman.
Vean cómo la diferencia entre esas dos leyes se acuerda perfectamente con las palabras del apóstol Pablo: “Evidentemente ustedes son una carta que Cristo escribió por intermedio nuestro, no con tinta sino con el Espíritu del Dios viviente, no en tablas de piedra sino de carne”. (…) Todo se encuentra admirablemente confirmado por el profeta Jeremías: “Llegarán los días –oráculo del Señor– en que estableceré una nueva Alianza con la casa de Israel y la casa de Judá. No será como la Alianza que establecí con sus padres (…). Pondré mi Ley dentro de ellos, y la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo”.
San Agustín (354-430)
obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia
El Espíritu y la letra (“L’Esprit et la lettre”, Œuvres complètes, XVII, Louis Guérin, 1873), trad. sc©evangelizo.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario