Necesitamos vigilarnos a nosotros mismos en todo momento, para que nada ni nadie robe la alegría de nuestros corazones.
La tristeza nos lleva a la muerte y es la hija predilecta del demonio.
La verdadera alegría evita muchos males en la vida. Hay personas que viven enfermas, porque en lugar de cultivar la alegría se dejan esclavizar por la tristeza.
Pidamos al Señor, en este día, la gracia de tener una esperanza gozosa, un corazón alegre y un rostro alegre. ¿Sonreímos hoy a la vida?
Concédenos, Señor, la plenitud del Espíritu Santo, para que podamos, con nuestra alegría, ser canales de liberación para los que están esclavizados por la tristeza.
Ven, Espíritu Santo, con el fruto de la alegría. Señor, donde hay tristeza, que pueda llevar alegría.
¡Jesús, en Vos confío!
Luzia Santiago
Fuente Comienza bien tu día a día
Editora Canción Nueva
No hay comentarios:
Publicar un comentario